Las ampollas son bolsas de líquido que se forman entre las capas superficiales de la piel. Pueden aparecer por presión mecánica, fricción o rozaduras, como el uso de herramientas nuevas o calzado inadecuado. Otras causas comunes incluyen congelación, quemaduras químicas, quemaduras o infecciones. También pueden ser síntoma de ciertas enfermedades.
Tipos de ampollas
Existen varios tipos de ampollas:
Ampollas de sangre: Llenas de sangre
Ampollas de fricción: Causadas por fricción
Ampollas de calor: Causadas por quemaduras
Otros tipos de ampollas reciben el nombre de la afección asociada, como las ampollas de herpes zóster, varicela o eccema atópico.
Tratamiento de las ampollas
La mayoría de las ampollas sanan sin necesidad de tratamiento médico. A medida que la piel nueva crece debajo de la ampolla, el líquido desaparece gradualmente y la piel se seca y se desprende de forma natural.
No revientes las ampollas
Es importante no reventar las ampollas, ya que actúan como una capa protectora contra las infecciones. Si se rompe la barrera, la herida queda expuesta a posibles bacterias y puede infectarse.
Cuidados para las ampollas
Cubre la ampolla con una gasa o apósito para protegerla de traumatismos adicionales.
Lávala suavemente con agua y jabón y cubre tanto la ampolla como la zona circundante con un apósito seco y estéril.
Medicamentos
Apósitos hidrocoloides: Ayudan a prevenir las molestias y promueven la curación.
Cristaloterapia para las ampollas
Además de los cuidados adecuados y la medicación, las ampollas también pueden curarse con cristaloterapia.
Cristales para sanar las ampollas
Ágata: Ayuda a curar la piel y las infecciones.
Amatista: Alivia el dolor y las molestias.
Calcedonia azul: Estimula la curación de la piel, especialmente de heridas abiertas.
Jaspe oceánico: Trata los problemas de la piel, como las ampollas y el eccema.
