El acné puede ser un problema frustrante a cualquier edad. Esta afección cutánea se caracteriza por la acumulación de grasa, pústulas llenas de pus e inflamación. Si bien existen tratamientos médicos probados, la terapia con cristales también puede ser una opción complementaria.
La amatista es conocida por sus propiedades purificantes y calmantes para la piel. Ayuda a reducir la inflamación y a cerrar los poros, además de promover la regeneración celular y reducir el estrés. Para aprovechar sus beneficios, puedes preparar agua de amatista siguiendo el método de Hildegarda de Bingen.
Crisoprasa
Este cristal verde manzana estimula la eliminación de toxinas y calma las células inflamadas, lo que ayuda a sanar el acné. También aumenta la absorción de vitamina C, lo que lo convierte en un sustituto natural de los sueros caros. Puedes frotar crisoprasa en las zonas afectadas o llevarla contigo para estimular la cicatrización.
Otros cristales beneficiosos
Piedra lunar: Regula los cambios hormonales y elimina las toxinas.
Rodonita: Reduce el estrés y la ansiedad, que pueden causar brotes de acné.
Cuarzo rosa: Promueve el amor propio y la aceptación, lo que puede ayudar a reducir los brotes causados por el estrés.
Consejos finales
La terapia con cristales puede ser eficaz para sanar el acné, pero es esencial complementar este tratamiento con una dieta saludable y una rutina de cuidado de la piel adecuada. Limita el consumo de grasas y azúcares y utiliza productos libres de alcohol o productos químicos agresivos. Al combinar estos enfoques, puedes reducir significativamente los brotes de acné y lograr una piel más clara y saludable.
